Rock: La Sustancia del Arte

Por: Jorge Giraldo


“El afán universal y permanente de autotrascendencia, no puede ser abolido cerrando de golpe las más populares Puertas del Muro. La única acción razonable es abrir puertas mejores, con la esperanza de que hombres y mujeres cambien sus viejas malas costumbres por hábitos nuevos menos dañinos. Algunas de estas puertas mejores podrán ser de naturaleza social y tecnológica, otras religiosas o psicológicas, y otras más dietéticas, educativas o atléticas. Pero subsistirá indudablemente la necesidad de tomarse frecuentes vacaciones químicas del intolerable sí mismo y del repulsivo ambiente.”
Las puertas de la percepción, Aldous Huxley





Desde los inicios de los sesenta, cuando un cuarteto de jóvenes de Liverpool, que después sería la banda de rock más grande de toda la historia -y que irónicamente cuando se reunieron sólo conocían unos cuantos acordes de guitarra- el rock ha estado ligado a las drogas, al alcohol y al sexo, pero principalmente a los excesos. No obstante, los artistas de los 50 también incluían estos excesos en sus vidas diarias. Los músicos de Jazz, Blues y Rock and Roll, tales como Elvis, Buddy Holly, Chuck Berry, Little Richard y Jerry Lee Lewis eran parte de ese grupo de estrellas que consumían alcohol y drogas en exceso.

A partir de esta generación de artistas de finales de los sesenta, el Rock fue un boom mundial con el nacimiento del movimiento Hippie, y al mismo tiempo con grandes bandas de Rock pesado y muchas otras que, como Led Zeppelin, le imprimieron Blues al Rock, mostrando esa influencia de sus antecesores. Esta, por así decirlo, fue la música insignia del movimiento Hippie: una fusión de géneros que le llega al alma del espectador, y cuyo desborde de energía es contagioso. Artistas de la talla de Bob Dylan, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Santana, Joe Cocker, y legendarias bandas como los Rolling Stones, Led Zeppelin, Deep Purple y The Who comparten esas raíces que hicieron de esa época una riqueza histórica de la música.

Tal vez el momento más importante en la historia del rock fue Woodstock. Realizado en 1969, en el estado de Nueva York, el evento contó con la masiva asistencia de 400 mil personas, aunque que en realidad estaba previsto que sólo asistieran 60 mil. Sirvió de plataforma para que Hendrix, Joplin y Santana se consagraran como artistas de primer nivel. Un poco después de estos acontecimientos, la fama empezó a cobrar sus víctimas: el clan de los 27. Éste surge con la muerte de 4 hitos de la música. Ellos fueron Brian Jones, guitarrista de The Rolling Stones, Janis Joplin, cantante, Jimi Hendrix, guitarrista y Jim Morrison, cantante de The Doors. Todos muertos a la edad de 27 años (de ahí sale su nombre), entre el 69 y el 71.

A lo largo de los 70, se mantiene esta hegemonía en el Rock-Blues y nace otra de las bandas con mayor recorrido a nivel mundial y trascendencia histórica: Aerosmith. Tuvieron su primer éxito en 1975 y antes de que comenzaran los 80, se disolvieron debido a las adicciones a las drogas de sus miembros. En esta década surge un género musical que se acabaría con la hegemonía del Rock-Blues, que desde finales de los 70 había estado presente con Black Sabbath: el Heavy Metal. Metallica es el principal referente de este género en la actualidad, pues desde principios de los 80 y hasta la actualidad esta agrupación se ha mantenido vigente. Sin embargo, el género que reinó en esta época fue el Hard Rock, que en cierto sentido es un “hijo” del Heavy. Guns & Roses, ACDC, KISS y Twisted Sister son algunos de los grupos que sobresalieron en este género y que todavía hoy son recordados por su grandeza y sus extravagantes looks. Después vino el movimiento Grunge, representado principalmente por Nirvana y Pearl Jam. Este movimiento tuvo su apogeo hasta mediados de los 90, con la muerte de Kobain.

A partir de sus inicios, el rock ha estado fuertemente ligado a excesos, destrucción, borracheras y sobredosis. Esto es porque sus íconos, de cada uno de los géneros antes mencionados, de una manera u otra han contribuido con escándalos a la mala fama que se ha forjado alrededor de esta rebelde cultura. Con todo, ha sido una constante de los medios, y por lo tanto del común de la gente que constantemente se alimenta de la información plasmada en estos, hacer énfasis en que lo grandioso de las composiciones, las letras y los arreglos venga a partir de las drogas y el alcohol, y no de la genialidad que estos einsteins, dalis o nerudas de la música contemporánea han logrado.

Esta asociación directa es comprensible. Constantemente nos vemos bombardeados por noticias sobre destrucciones de cuartos en hoteles, actos irresponsables, declaraciones polémicas, o incursiones en clínicas de rehabilitación. La explicación es muy simple: en la actualidad todos nos vemos influenciados por el pasado y, en la escena rock, el pasado está lleno de leyendas que han llegado a la cima y después han muerto por culpa del exceso de algún tipo de sustancia, o simplemente se han visto involucrados en el uso de alguna de estas. Entonces, se cree que las drogas son el camino para alcanzar la genialidad, o mejor, la fama, que estos grandes alguna vez alcanzaron. Sin embargo, nunca se pone a consideración que quizá las drogas sean una salida al tortuoso mundo de la fama, de la pérdida de privacidad, del acecho constante por parte de otros, de no poder vivir una vida normal.

En las vidas de Hendrix, Joplin, Morrison y hasta los Beatles las drogas tuvieron un papel importante, paradójicamente ellos sólo entraron en el mundo de las sustancias después de haber alcanzado la fama. A los Beatles fue Bob Dylan quién les dio marihuana por primera vez, mientras que los otros tres probaron por primera vez las drogas solos en un cuarto de hotel buscando una escapatoria, ya que no podían salir a la calle debido a la persecución constante por parte de los medios y de los fanáticos -puede que de allí salga el término “volar”-. Como dijo Nicolás Melandri, en su ensayo sobre el clan de los 27, “En aquellos años, las drogas eran un medio para abrir horizontes y el rock era el camino. Nunca al revés.”

De lo anterior se sigue que la fama es el factor primordial de la incidencia en drogas por parte de los artistas. Joplin muy bien lo definió: “Voy a escribir una canción que hable de hacerle el amor a 25.000 personas en un concierto para luego volver sola a mi cuarto”. El artista se vuelve artista, y siente que tiene el mundo en la palma de sus manos, pero al mismo tiempo, la mayoría de las veces, no encuentra nadie con quién compartirlo, por lo que es muy recurrente que caiga constantemente en adicciones. Si se ve desde un espectro más amplio, los actores, pintores, escultores, genios y mucha de la gente que se mueve en el medio artístico e intelectual cae en las mieles de las adicciones. Para poner un pequeño ejemplo, Freud era opiómano. Entonces, las drogas no deben asociarse al rock, deben asociarse a la fama, al estrellato, al reconocimiento público, pero por encima de todo a los medio de comunicación, quienes son los que en verdad construyen estrellas.

Ahora, nuestra amada cultura occidental presenta un problema más grave: la doble moral. Nos preocupa tanto la imagen que proyectamos, que nos olvidamos de lo que somos, lo que queremos, y lo que nos gusta. Pueda ser que el rock, por definición propia como cultura rebelde y de pensamiento liberal, no se deje atar tanto a los paradigmas manejados por la sociedad. ¿Cuántos ejecutivos no existen que, en medio de una fiesta, van al baño a aspirar un poco de coca? ¿Cuánto gerentes de empresas no se meten su porrito de vez en cuando para aliviar tensiones, o para disfrutar de un buen rato con su grupo de amigos? Es prudente recordar que esos ejecutivos y gerentes vivieron el hipismo en pleno apogeo, y muchos conservan fotografías donde tienen una camisa pegada al cuerpo, una pantaloneta que si mucho les cubre un tercio del muslo, tenis blancos sin medias, gafas Ray-Ban de piloto, y el pelo, por corto que lo tuvieras, les cubría las orejas. No nos olvidemos tampoco que, aunque los hay, son pocos los que nunca probaron ninguna sustancia de las de la época. Ahí es donde empieza la doble moral, porque la sociedad infringe un castigo severo a quién vaya contra las normas. No más tomando como ejemplo la confesión de Bill Clinton de haber probado la marihuana cuando joven y el escándalo que se generó alrededor de su declaración, que de ser otros los parámetros establecidos, nunca hubiera sido polémica, y si los medios no fueran tan morbosos como los son, ni siquiera hubiera existido dicha declaración.

El problema en el rock radica en que se cree que las drogas son el camino para hallar esa genialidad musical tan solo unos cuantos han alcanzado en la historia. Está claro que las sustancias permiten ver las cosas desde diferente perspectiva, aunque no todas tienen el mismo efecto. La marihuana causa un efecto de relajación, donde uno piensa todo tipo de cosas, pero no se preocupa por ellas. Es una experiencia sensitiva dado que todos los sentidos se agudizan. Los ácidos y la heroína, en cambio, generan un estado alucinógeno que, en otras palabras, se entra a otra dimensión donde el imposible no entra a jugar parte en ningún momento. Asimismo, drogas como las anfetaminas y la cocaína generan un estado de aceleración en la mente y en el cuerpo de quien las ha ingerido, por lo que es peligroso mezclarlas con alcohol, pues puede resultar en un ataque al corazón. El alcohol, por último, altera los sentidos, haciendo que uno pierda control sobre el oído, la vista y el movimiento.

En la actualidad, donde el negocio de la música es tan competitivo y la audiencia exige mucho más nivel de lo que antes se exigía, los artistas no se pueden dar el lujo de subir a un escenario a cometer errores por no saber manejar las sustancias. Se requiere de una excelente precisión, y de un manejo perfecto del instrumento, pues el rock ha evolucionado a un estado superior, donde las quintas ya han quedado a un lado y en la actualidad los acordes preferidos son los completos con alteraciones. Es un hecho que, aunque bajo los efectos de algunas drogas los sentidos se agudizan, se pierde motricidad, por lo que cualquier instrumentista estaría cometiendo un grave error si se subiera a la tarima bajo la influencia de alguna sustancia. Basta sólo con ver el ejemplo de Robi Draco Rosa, quien fuese encargado del cierre de los diez años de Rock al Parque en Bogotá (el segundo evento de rock más grande en América latina, después de Rock in Rio), y cuya presentación fuese un fiasco debido a su estado alterado. No es la primera vez que sucede algo parecido con este artista pues en cierta ocasión, en el teatro Jorge Isaacs, en medio de una canción perdió el conocimiento, y salió de la tarima sangrando por la nariz, arruinando su presentación y sembrando desconfianza en los empresarios, quienes se demoraron varios años en volverlo a traer a Colombia.

Es por esto que quienes están realmente enfocados en la música no cumplen el perfil para ser consumidores, pues saben que el hecho de consumir implica bajar el rendimiento a la hora de ejecutar el arte que aman. Quienes se rodean de rock, pero la verdad saben poco de él y lo hacen por moda, son quienes normalmente encajan perfectamente en el perfil. Son quienes afectan la imagen del rock ante la sociedad. Aclaro, esto no quiere decir que los artistas no consuman, lo que quiere decir es que los artistas comprometidos con su labor no lo hacen mientras dan un concierto, o si lo hacen ingieren en poca cantidad, para entrar en calor.

En conclusión, son los medios que, para saciar la sed de morbo y amarillismo que han sembrado en la cultura de su audiencia, están constantemente al acecho de los artistas, esperando que cometan algún error o que sean parte de algún escándalo para magnificarlo, impidiendo que los artistas lleven una vida normal, y que terminen cayendo en cualquier tipo de adicción. Entonces no es culpa de la Rock como tal que se generen tantos escándalos alrededor de ella, sino que son los mismos medios los que nos muestran las cosas como quieren. Es importante recalcar que si es culpa del rock no seguir siempre las reglas, esto explica el porqué de los repetidos escándalos. Además, los parámetros de la sociedad y el tabú hacia las drogas hacen que los medios se aprovechen para armar ellos mismo sus tan beneficiosos escándalos. En medio de la cultura rock está mal ingerir alguna sustancia para tocar debido a la complejidad de la música en nuestros días, lo que nos lleva a que las drogas no hacen parte del momento clímax del rock, que es cuando el artista presenta su trabajo ante una audiencia. En cambio, aquellos que poco se interesan en la música son los que son más aptos para ser consumidores de cualquier tipo de droga.



Bibliografía

- http://www.wikipedia.com/
- Rolling Stone
- Jet Set
- www.pulsorock.com/noticias/noticias_t.php?id=495
- http://www.mind-surf.net/drogas/preguntas.htm
- http://www.policia.gov.co/inicio/portal/portal.nsf/paginas/sustanciassicoactivas
- http://www.weblog.com.ar/2006/07/09/el-clan-de-los-27-la-muerte-joven/
- http://www.elperiodista.cl/newtenberg/1408/article-33646.html
- http://www.diversica.com/musica/archivos/2004/08/the-rolling-stones.php
- http://209.85.165.104/search?q=cache:wY4CqdtT7W8J:www.sexovida.com/psicologia/freud5.htm+freud+%2B+adicci%C3%B3n+%2B+coca%C3%ADna&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=co
- http://personales.upv.es/~jarnau/Obra/Ensayos/Puertas.htm